Una buena cámara hace a un buen fotógrafo pero un buen ojo lo hace aún mejor.
En la foto: Carlos Funes.
“Lo maravilloso comienza a serlo de manera inequívoca cuando surge de una inesperada alteración de la realidad(el milagro), de una revelación privilegiada de la realidad, de una iluminación inhabitual y singularmente favorecedora de las inadvertidas riquezas de la realidad, de una ampliación de las escalas y categorías de la realidad, percibidas con particular intensidad en virtud de una exaltación del espíritu que lo conduce a un modo de “estado límite”. Alejo Carpentier